Quizá le parezca a usted que están desordenadas e incluso puede tener la recaída mucho antes que otras personas anticipándote a alguna etapa anterior, pero debe tener en cuenta que hay que pasar las cuatro para haber superado el conflicto personal.
Lo importante es darse cuenta de que todas ellas son parte de un proceso que puede ser muy doloroso y que cada persona “siente” diferente.
- Llevabais meses, años juntos.
- Os queríais mucho, pero la relación empezó a torcerse.
- Cada uno tenía proyectos y planes diferentes y, aunque por fuera todo parecía que estaba bien, por dentro las diferencias eran insalvables.
- Llegó ese día en el que lo dejasteis.
- Quizá fue una decisión conjunta, quizá uno de los dos tomó la iniciativa.
Sea cual sea su caso, llegó el momento que tanto tememos y que tanto duele. Final de la historia: ahora ya no estáis juntos.
Una ruptura puede ser muy difícil, dolorosa y confusa, llena de sentimientos de pérdida, luto y ansiedad. A veces todo ello se junta en un cóctel emocional complicado de digerir, con constantes altibajos, un día puedes levantarte de la cama y pensar que “ya estás bien” e incluso sonreír.
Esa euforia puede llevarle a retomar cosas que había dejado de hacer y cuando más fuerte piensa que está, un aleteo de una simple mariposa puede volcar todo esa energía en un sentimiento totalmente contrario, anhelando a esa persona y deseando su vuelta.
Nosotros lo solemos llamar el efecto “yoyo”.
- Ahora “ya estoy bien”, ahora “no estoy bien”,
- Ahora “no le necesito”, ahora “le necesito”,
- “No recuerdo nada bueno”, “Juntos éramos la pareja ideal”…
Para guiar a aquellas personas que están en este laberinto de contradicciones sentimentales, la psicóloga Suzanne Lachmann ha hecho una guía con las etapas más típicas del duelo tras una ruptura. Con dicha guía es orientativa para entenderte mejor y poder pasar página lo antes posible.
La Doctora Lachmann llega a reseñar hasta 7 etapas, pero nosotros vamos a ser mas concisos y agrupar etapas para solo quedarnos con las 4 fases mas comunes y que tenemos que pasar todos para superarlo con garantías.
1. Buscar respuestas.
Uno de los primeros síntomas de la ruptura es la necesidad de encontrar el por qué se rompió la relación.
- ¿Fue por algo que pudiste evitar?
- ¿Podrías haberlo previsto?
Empiezas a repasar su actitud, su comportamiento, cosas que no te cuadraron en su día…
Es muy habitual que, en esa búsqueda de respuestas hasta acabes intentando encontrar terceros culpables, como un amante o amigos que le hayan comido la cabeza.
También puede usted verse “enredado” fisgoneando en sus redes sociales para ver si te dejó "por otra persona".
En resumen, estarte comiendo la cabeza constantemente, rememorando todo lo pasado para que el presente tenga un mínimo de sentido o para crear un futuro en el que te sientas más feliz. Lo malo es que a veces no hay respuesta y simplemente se acabó.
2. "Puedo mejorar"
Has puesto todo tu empeño en que esto funcione y… ¿se acabó? No lo aceptas.
Te niegas a hacerlo y crees que, si cambias, volveréis.
"Así, descarrilas temporalmente el proceso de duelo reemplazándolo con la esperanza irrealmente inflada de que la relación aún puede ser rescatada”, Advierte la psicóloga.
En esta fase harás lo que sea, cambiarás drásticamente si eso permite seguir con la relación… un planteamiento muy tóxico que hará que te cargues de culpa por haber acabado.
“Estás colocando toda la carga de reparar, mantener y sostener la relación sobre ti mismo”.
3. Recaída
Si logras convencer a tu ex de volver, los problemas seguirán ahí. O los resolvéis o volveréis a romper, sin excepciones.
“Y en pocos casos se resuelven”, advierte la experta, asegurando que volver con tu ex es un “alivio temporal al duelo y al sentimiento de vacío”, pero que debe trabajarse muy bien para que no acabe en desastre.
Piénsatelo bien antes de retomar un contacto con tu ex pareja.
4. El miedo y la ira
Al principio sientes miedo, te absorbe porque no sabes cómo va a ser tu vida a partir de ahora. Cuando ya te das cuenta de cómo va a ser tu vida, cuando ya has vivido soltero un tiempo, llega la ira.
Recuerdas el sufrimiento, los malos momentos, te da rabia que te hayan dejado, y si fue una mala ruptura, tienes ganas de soltarlo todo y quedarte a gusto. Es una sensación de empoderamiento, muchas veces, que demuestra que ya no tienes miedo a estar solo y que no te culpas a ti mismo por la ruptura.
Encima, estás si te sientes colérico porque crees que merecías más, es muy probable que sientas la ira después del miedo y la incertidumbre. Y aunque no es un sentimiento agradable ni sano, es temporal y es un paso más hacia el pasar página.
Al final, llegará la aceptación y la esperanza de encontrar el bienestar sin esa persona. Y cuando sea así, tu ex formará parte de un aprendizaje que no duele, formará parte de tu vida.
Fuente: TejSofT
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