El Gobierno de Canarias cedió ayer al Ayuntamiento de La Laguna el uso de las instalaciones de la antigua estación de guaguas de San Benito.
Los responsables municipales barajan ahora, una vez que se realice el trámite de desafección que concederá al Consistorio la propiedad indefinida del inmueble, instalar allí las nuevas dependencias de la comisaría de la Policía Local.
Queda pendiente que los técnicos del Ayuntamiento comprueben que las antiguas instalaciones de Titsa son las adecuadas para acoger las dependencias del área de Seguridad Ciudadana, la opción más probable. El Ayuntamiento no obstante estudia otras alternativas para el edificio que permitan que las arcas públicas se ahorren el desembolso de varios alquileres de locales.
Entre las otras opciones que se plantean para el futuro de la estación de San Benito figuran también el traslado de las oficinas del área de Servicios Sociales.
Actualmente, el equipo que dirige la concejal nacionalista Blanca Pérez ocupa un inmueble de la calle Capitán Brotons. El alquiler de estas oficinas supone un gasto de 72.000 euros al año. De hecho, si prospera el traslado de la Policía a San Benito, los Servicios Sociales pasarían a las oficinas que actualmente ocupan los agentes municipales en la calle Consistorio, que además se han quedado pequeñas para el servicio de seguridad y emergencias.
Tampoco se descartan otros usos municipales en un espacio que, según el borrador del nuevo Plan General de Ordenación de La Laguna, estará destinado a equipamientos comunitarios para los vecinos de la urbanización Padre Anchieta. No en vano, la propiedad municipal se encuentra en el corazón de 102 bloques de edificios con 1.040 viviendas, uno de los polígonos residenciales más grandes de la Isla.
Los usos que se le darán a la estación de San Benito han sido objeto de debate político en La Laguna. De hecho, el Servicio Canario de Empleo solicitó el verano pasado el traslado de sus oficinas de atención al público hasta el edificio que durante los últimos 30 años ha estado al servicio de los viajeros de Titsa.
La única actuación que se ha realizado en esta zona se llevó a cabo tres meses después de su cierre definitivo con la apertura del intercambiador de Padre Anchieta, el 26 de marzo pasado, y consistió en el acondicionamiento de las antiguas dársenas para guaguas para acoger más de un centenar de estacionamientos para vehículos.
Fuente: La Opinion