El Cabildo Insular de Tenerife calcula que en la isla hay unos 1.000 'guachinches', una cifra "inaguantable" que afecta a los negocios de la restauración pero también a bodegueros y viticultores.
Tanto la crisis económica mundial, que acomete en Canarias con un cifra histórica de “paro” en el archipiélago, como el ingenio y la costumbre isleña, hacen de estos establecimientos unos locales de éxito garantizado.
Por ello el Cabildo de Tenerife, intentó mediar una vez recibida las innumerables denuncias de bares y restaurantes que alertaban de competencia desleal por parte de los más de 1.000 guachinches que hay en Tenerife.
En el año 2009, el Cabildo promulgó una serie de normas a cumplir por dichos locales, pero la nula colaboración de los Ayuntamientos, y la imposibilidad de disponer de efectivos para el control de dichas normas, dieron con el olvido a esa mediación.
El actual consejero insular de Agricultura, José Joaquín Bethencourt, afirma que mucho vino que se despacha en esos establecimientos es de fuera de la isla o elaborado con uva foránea, "y eso es una inmoralidad".
En su opinión, con el auge de la crisis económica, la implantación de 'guachinches' "se está saliendo de los límites", por lo que va a esperar a que fructifiquen los contactos entre Asviten y Apymevo con la Viceconsejería de Administración Pública con el fin de fijar una "normativa legal" que acabe con los negocios legales.
"Si esto no funciona, vamos a retomar el asunto porque lo tenemos entre las prioridades de la agenda de trabajo de la Consejería. Sigo creyendo que la mejor opción es la regulación que habíamos planteado sobre el número limitado de platos y la apertura mientras durara el vino de cosecha propia, lo que pasa es que los ayuntamientos no se han decidido a emitir las sanciones correspondientes", comenta.
