Fasnia - Iglesia Vieja, las ruinas del olvido.

 

Tenerife no puede presumir de ruinas romanas, castillos medievales, de catedrales góticas o de ciudades amuralladas, eso es algo que, para bien o para mal, forma parte de unas circunstancias históricas que deberíamos ser capaces de asumir como pueblo, pero que pasa con los signos históricos que quedan aún en pie.

 

En estas islas afortunadas parece que se incentiva la capacidad de borrar de la faz de la tierra cuantos signos históricos encontremos, los ejemplos más llamativos de este desprecio por “lo nuestro”, lo podemos encontrar en general con el ingente patrimonio arquitectónico de construcciones relacionadas con el agua, de obras públicas y de arquitectura civil o religiosa del Sureste de Tenerife.

Alguna vez hemos hablado largo y tendido denunciando la desaparición sistemática de los bancales tradicionales en esta zona, con la escandalosa facilidad con la que algunos desaprensivos meten palas mecánicas para hacer grandes explanadas que en un primer momento son terrenos de cultivo y luego el espacio propicio para instalar invernaderos.

Al final, la gente que no es de pueblo, que no es agricultora, se cansa, y tras darse cuenta que no ganan lo suficiente y que es más duro de lo que pensaban, abandonan las grandes estructuras de metal y plástico que a la postre sirven para acumular basuras, chatarra o cualquier cosa que les sobra y no saben donde meter.

Ejemplo ”curioso” y lamentable, es el de las ruinas de la Iglesia Vieja en el municipio de Fasnia. 2 3 4 5 6 7 8 9

Esta construcción que se relaciona con el propio origen de ese municipio del Sureste de Tenerife, fue objeto hace más de una década, de algún amante del mal gusto, este llevó a cabo unas obras de “mejora” del entorno de esta valiosísima reliquia que dejaron con la boca abierta a los vecinos de la zona.

Y es que mientras muchos lugareños aún hoy en día continúan reclamando del ayuntamiento que le arreglen un camino o que le pongan un punto de luz, en las ruinas de la iglesia se llevó a cabo una carísima intervención que consistió en todo menos en proteger el edifico para que no se terminara de caer.

  • Luminarias sicodélicas en un entorno natural.
  • Piso de madera con focos empotrados, sin impermeabilización.
  • Caminos adoquinados con piedra importada, incompatibles con el entorno.
  • Ornamentación con piedra foránea, ignorando la archiconocida piedra chasnera.
  • Escalinatas o graderíos con soportes metálicos, que aún hoy en día los vecinos buscan utilidad.
  • Acceso sin limitar la circulación de vehículos.

Asegurar las bases de los muros, protegerlos para que la lluvia no siga penetrando en su interior o respetar un poquito el entorno recuperando algún aspecto tradicional, no fue objetivo de esa intervención verdaderamente alucinante.

Sin duda, de haberse hecho algo así en La Laguna o en La Orotava con un monumento histórico, se hubiese originado una auténtica revuelta social.

Pasados los años, está comenzando a ocurrir lo que todo el mundo imaginaba.

No hacía falta ser adivino para prever que la estructura se estaba viniendo abajo, los materiales utilizados en su construcción, el estado de las mismas y el crudo tiempo, hacían de La Iglesia Vieja, una ruina inestable.

El único tramo de muro importante que quedaba de la nave principal de esta iglesia, que ya antes de la llegada de la tormenta Delta se había deteriorado significativamente por efecto de las lluvias, con la llegada de esta tormenta tropical ha desaparecido por completo.

Los restos del muro, que cayeron en el camino, se los ha llevado un tractor carretera abajo, donde no molestaba el paso para los “tres coches” que pasan al día por la zona, y aquí paz y en el cielo gloria.

Pero lo extraño no es que se haya caído ese muro, o que el ayuntamiento en su día no volviera a levantarlo, o que se perdiera de vista la piedra centenaria y que algún listillo se la llevara para levantar una pared para su huerta.

Varias incidencias han vuelto una inversión para destacar un signo histórico del municipio en unas auténticas ruinas:

  • El Suelo de madera, quemado a consecuencia de cortocircuitos de los focos empotrados.
  • Plantas y arbustos que se abren camino entre las maderas del suelo de la iglesia.
  • Devastación del camino empedrado, debido a la no limitación de la circulación por el mismo.
  • Focos, luminarias y farolas, sin una sola bombilla que los ilumine.
  • Nulo control, mantenimiento y limpieza del entorno.

Lo raro es que aún a día de hoy, no haya desaparecido por completo este signo del pasado histórico de Fasnia, alguno lo califica de un auténtico milagro, acaso el penúltimo de San Joaquín que se acuerda aún de la ermita donde estuvo instalada su imagen.

 

By TejSofT   2 3

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