Santander - La multa a un funcionario obliga a modificar 400 señales de tráfico

 

El recurso a una sanción obliga al Ayuntamiento a añadir una pegatina en las placas de parking para minusválidos de la ciudad, dado que la señal empleada no consta en el Reglamento General de Circulación.

El recurso que un funcionario municipal presentó a una multa de aparcamiento ha dado como resultado que el Ayuntamiento de Santander se haya visto obligado a modificar todas las señales de plazas de parking reservadas a minusválidos que hay en la ciudad. Cerca de 400 en total.

Y es que la placa vertical cuadrada, con fondo de color azul y el anagrama blanco en el centro, no aparece como tal en el Reglamento General de Circulación, por lo que no prohíbe el estacionamiento, sino que sólo sirve como indicación y su incumplimiento no puede ser objeto de multa.

Fue hace mes y medio cuando este trabajador de la Administración municipal, que había sido multado por el aparcamiento de su motocicleta en una de estas zonas acotadas, presentó un recurso al Ayuntamiento.

En su caso, la plaza para minusválidos que le acusaron de no respetar no contaba con señalización vertical.

Sólo se delimitaba con un dibujo en el suelo de un pictograma blanco. Al margen de que este icono no esté homologado, según los argumentos aportados por el funcionario, es obligatorio que exista señal vertical específica para que la Policía Local pueda sancionar el incumplimiento.

La placa, según el Real Decreto, debe estar perfectamente colocada en el sentido de la marcha para que pueda ser identificada de forma clara y rápida por los conductores.

En el Ayuntamiento de Zaragoza, por ejemplo, optaron por señalizar el espacio con la placa R-308 -la de prohibido estacionar, con fondo azul y una raya diagonal roja- y añadiendo la letra 'P' de reserva y el anagrama internacional de impedidos físicos en el centro.

Las primeras señales en cambiarse, anteayer, fueron las de las plazas de aparcamiento junto al nuevo edificio de 'Escenario Santander', en el Parque de Las Llamas.

El Ayuntamiento ha optado por un método similar al que se utilizó en las autovías y autopistas del país al reducirse la velocidad de 120 a 110 kilómetros por hora.

Pero en lugar de una pegatina grande colocada sobre la anterior indicación, en esta ocasión se ha optado por un tamaño más reducido.

Este funcionario aún no ha recibido contestación del recurso que presentó a la multa por «tocar con el pie de cabra unos centímetros la línea del aparcamiento para minusválidos», pero los argumentos que utilizó han provocado, de momento, la modificación de las señales de toda una ciudad y la polémica en todos los foros policiales.

 

Fuente: El Diario Montañés