Los expertos coinciden en que el cambio horario que se aplicará en la próxima madrugada tiene efectos casi imperceptibles en el organismo. Esta costumbre comenzó a generalizarse en 1974 con la crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para aprovechar mejor la luz del sol.
Los relojes se retrasarán una hora mañana para ajustarse de nuevo al horario de invierno, un cambio que los expertos aseguran tendrá efectos "casi imperceptibles" en el organismo y supondrá un ahorro de energía menor que poner burletes en las ventanas.
"Retrasar el reloj una hora tiene un efecto mínimo y sin ningún tipo de consecuencias para la inmensa parte de la población", aseguró el director del Instituto de Investigaciones del Sueño, Diego García-Borreguero.
Así, precisó que la mayoría de la población se adaptará al nuevo horario en "uno, a lo sumo dos días", y algo más en el caso de los niños más pequeños y los ancianos, porque las estructuras cerebrales encargadas de regular el ciclo sueño-vigilia "son algo menos flexibles".
En cuanto al aspecto energético del cambio horario, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) detalla que el potencial de ahorro en iluminación "puede llegar a ser del 5 por ciento", siempre y cuando vaya acompañado de un "comportamiento racional" y el uso de "tecnologías de ahorro en iluminación".
Este organismo, que depende del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, también calcula que instalar burletes en puertas y ventanas "ahorra en un 5 un 10 por ciento de energía", casi el doble que el cambio horario.
El "cambio de hora" es una costumbre que comenzó a generalizarse en 1974 con la crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para aprovechar mejor la luz del sol y consumir menos electricidad.
La medida se aplica en toda la UE por "entenderse que el buen funcionamiento de algunos sectores, no sólo el de los transportes y las comunicaciones, sino también otros ramos de la industria, requiere una programación estable a largo plazo", explicó el ministerio.
Así, todos los países europeos cambian sus horarios el último domingo de marzo y el último de octubre.
Ahorro de seis euros por hogar.
El IDAE calcula que el ahorro energético de los meses pasados con el horario adelantado "de verano" podría llegar a representar un 5 del consumo eléctrico en iluminación, equivalente a unos 300 millones de euros.
De esa cantidad, "90 millones corresponderían al potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de 6 euros por hogar; mientras que los otros 210 millones de euros se ahorrarían en los edificios del sector terciario y en la industria".
No obstante este importante ahorro se queda lejos de lo que se conseguiría con buenos materiales de aislamiento.
Fuente: El Dia